lunes, 13 de septiembre de 2021

Proceso de diálogo y negociación sobre Venezuela México, septiembre 2021 -enésima edición.

 Comienzo esta nota de opinión reflexiva expresando que toda iniciativa, intención o acción que busque o intente el entendimiento en pro y en beneficio del restablecimiento de todos los derechos perdidos o violados en cualquiera de sus formas, para la nación venezolana, en medio de la profunda y compleja crisis que viene sufriendo la población, es y debe ser considerada como prioritaria y debe procurar antes que todo, el restablecimiento en Venezuela de condiciones mínimas para la vida en sociedad.

De esta manera todas las iniciativas y propósitos en éste y cualquier otro sentido de beneficio colectivo, debe contar con el respaldo mayoritario de quienes padecen y sufren en carne propia los vejámenes y afrentas, es decir, del pueblo venezolano expresado en su generalidad. Los llamados ciudadanos de a pie, las amas de casa, los trabajadores independientes y dependientes, los niños y niñas, los jóvenes y nuestros talentos deportivos y culturales, nuestros abuelos y abuelas, los trabajadores del sector público y privado, en fin, quien se considere gente de bien y con amor por el país que nos tocó.

Sobre los representantes del “Régimen chavista”, miembros del buró político del partido que lidera Nicolás Maduro, que ejercen una dictadura a toda vista, y que, en el último lustro, han recrudecido las condiciones de vida de la población venezolana en general, tienen innumerables antecedentes de nos ser respetuosos y mucho menos, garantes de condiciones, para restablecer o mejorar situaciones en beneficio del pueblo en general. Régimen que abiertamente ha declarado una guerra a muerte contra quien o aquello que sea contario al pensamiento radical revolucionario.

Sus métodos y procedimientos para ejercer sus funciones de gobierno, han quedado demostrados a lo largo de mas de dos décadas, han sido públicas y notorias sus arbitrariedades e imposiciones de acciones a merced de sus propios intereses y muchas veces, sobre todo lo que sea necesario a fin de mantenerse y perpetuarse en el ejercicio del poder.

Sobre los representantes de los partidos políticos, autodenominados de oposición, y ratificados por el régimen chavista con un nuevo slogan (plataforma unitaria de Venezuela). Quedan muchos vacíos e interrogantes en la población que abiertamente ha declarado su adversidad y rechazo al régimen dictatorial socialista, y entre quienes, de una manera u otra, hemos estado cerca o en acompañamiento de propuestas para adversar y hacer frente a las medidas e imposiciones antidemocráticas de un régimen, reconocido en muchas instancias internacionales como responsables y autores de crímenes de lesa humanidad contra la población venezolana, ya que igualmente se tienen amplias demostraciones de su incoherencia, desorientaciones y contradicciones estructurales y fundamentales, que los posiciona muchas veces lejos del propósito de oponerse a la dictadura chavista-madurista.

Sobre las consecuencias del régimen en las actuales condiciones del país, todos coincidimos (gente que apoya el régimen incluso), en reconocer el precario estado de los aspectos fundamentales y básicos de asistencia en materia de salud, alimentación, educación, servicios públicos básicos y bienestar social, así como de nefastas condiciones económicas y sociales. Solo unos pocos han mejorado sus condiciones socio económicas: dirigentes revolucionarios y figuras vinculadas al régimen han pasado a amasar grandes fortunas, lo que no es un secreto ni siquiera para las bases de apoyo que los sustentan o apoyan. ¿Hace falta presentar elementos de prueba o evidencias de esta afirmación?, pues considero que con tomar una simple y aleatoria muestra de un “funcionario” del alto mando, ministro, alcalde o gobernador, revisar con objetividad las fuentes de ingresos, y determinar los fondos de fortunas alcanzados, bastaría para comprobar que efectivamente existe un enriquecimiento injustificado y desmedido. 

Ciertos actores públicos y notorios representantes de los autodenominados partidos de oposición, plataforma unitaria, mesa de la unidad democrática (MUD), coordinadora democrática, etcétera, también entran en la notable distinción de ser “arreglados económicos en tiempos de revolución”, valdría la pena igualmente indagar sobre el origen de tan flamantes fortunas, adquisición de bienes y, sobre todo, del sostenimiento de sus estilos de vida. Al igual que sus pares chavistas-maduristas, no explican ni demuestran de donde obtienen y amasan sus fortunas y privilegios. Viajan al exterior a diestra y siniestra, hacen giras, son recibidos por autoridades en otros países, ostentan y obtienen documentos de muy privilegiada oportunidad: pasaportes y visas, no tienen restricciones para ingresar donde cualquier mortal venezolano aspiraría, administran bienes públicos de la nación y pare de contar sobre cada otra cosa que los privilegia.

Siguiendo con el protocolo internacional sobre acuerdos y normas mínimas para lograr entendimientos, es el Reino de Noruega, quien cortésmente aboga y respalda por dicho entendimiento y búsqueda de pactos, entre las partes que parecen iguales, por cierto, a fin de “implementar medidas orientadas a la protección del pueblo venezolano (…)”. Por cierto, a partir del 13 de septiembre del año en curso, se da la apertura de los colegios electorales para elegir a los 169 diputados que componen el Storting (Parlamento).

Así, el pueblo noruego vota en unas elecciones parlamentarias que podrían dar la victoria a la oposición de la izquierda y los verdes y cambiar así el rumbo del sector petrolero del país, o ratificar al gobierno de centroderecha de Ena Solberg, tras ocho años en el poder. El tema del petróleo es el centro del debate, en el país nórdico considerado como el mayor productor de hidrocarburos de Europa occidental. La pregunta de las cincuenta mil lochas: ¿Qué incidencia podría tener el resultado electoral noruego, sobre el acuerdo o avance celebrado en México y viceversa?

De manera tal que este nuevo “intento” del Reino de Noruega, el enésimo proceso de acercamiento, cuyo objetivo aspirado es “establecer de manera definitiva unas reglas claras para la coexistencia social y política en el país”, comenzó con la firma de un papel de entendimiento y sus primeros acuerdos giraron en torno a las sanciones económicas y las elecciones regionales del próximo 21 de noviembre.

Muchos venezolanos en primera línea, y otros no venezolanos, sabemos que las consecuencias de la imposición por parte del Gobierno de los Estados Unidos y de la Unión Europea, a pesar de recrudecer la situación económica y social del país, no es la responsable del declive y destrucción del aparato económico productivo y sería muy descarado a toda vista, que la los representares reunidos en México, señalados como “el gobierno reconocido por la oposición y la oposición reconocida por el gobierno”; coincidan, reconozcan y acuerden levantar las sanciones económicas, que fueran formuladas, auspiciadas y promovidas en otrora, por algunos representantes de la oposición, y solicitar a las potencias mundiales que sirvan a mecanismos de restauración y consecución de los recursos para atender las necesidades sociales de la población venezolana.

Una clara, evidente y precisa muestra de la contradicción, desorientación y desacierto en las estrategias de la oposición, para vencer al régimen. Pareciera a toda vista, una muy indecorosa y desesperada maniobra que busca más oxigenación para su supervivencia y sacar algunos cargos electos en las elecciones del 21 de noviembre. Es obvio que esa discusión sobre el tema electoral se hará, fuera de la mesa mexicana, y se repartirán gobernaciones y alcaldías, a cambio de privilegios y prerrogativas que la dictadura otorgará a estos partidos. No sería la primera vez que eso sucediera, pues también hay innumerables momentos y fechas donde se han dado condiciones similares, se ganan algunas diputaciones, representaciones, gobernaciones y alcaldías por la oposición, y luego la dictadura, los disuelve, los inhabilita, los destituye y monta protectores, protectorados y toda clase de paralelismo ilegítimo. Historia nada nueva.

Lo cierto que en esta nueva “parodia” de mesa de negociación, dialogo y entendimiento, donde no se cumplen ni se cumplirán los requisitos legítimos de representatividad: siguen asistiendo como ya se ha dicho, “el gobierno reconocido por la oposición y la oposición reconocida por el gobierno”, subestimando e impidiendo que se sumen voces y representaciones genuinas, que representan verdaderamente el sentir nacional de la población venezolana que está inmersa en la miseria y la desesperanza. Lamentablemente, esa parte de la oposición venezolana, no termina o no les conviene entender, que ese accionar favorece en todos los sentidos a la dictadura.

El régimen chavista-madurista, si tiene claro el propósito de esa “iniciativa”, saben que ganarán tiempo, celebraran un nuevo fraude electoral, con la anuencia de un sector no representativo de la mayoría venezolana que sufre y padece, y que, a cambio de dádivas o los llamado cambures, se sientan a negociar con quienes le demostraron al mundo qué son y de qué son capaces de hacer, con el fin de mantener viva la revolución.

Ambos actores le quieren dar vuelta a una pagina dolorosa y penosa de la historia de nuestra nación. Miles de venezolanos muertos, chavistas y opositores en manifestaciones y enfrentamientos. Destrucción del aparato económico y productivo. Una nación de cárceles abarrotadas de personas que son consecuencia de la descomposición social de este siglo, y donde paradójicamente, no existe un preso por corrupción en el país más corrupto del mundo.

Una nación que tiene más de cinco millones de migrantes forzados, que deambulan en su gran mayoría por un mejor bienestar. Empresas quebradas y expropiadas, irrespeto de la propiedad privada y un asedió a la participación privada. Donde la violencia del estado quedó asentada como mecanismo de lucha y defensa de la revolución. Donde tristemente las generaciones de relevo, se quedaron solas, al irse una gran parte de nuestro mejor masa profesional y académica y donde el futuro pareciera ser más sombrío y opaco. Triste juventud que ha sido despreciada por sus gobernantes y oponentes, que se va perdiendo entre la duda y el miedo.

Como venezolano, creyente en Dios, oro todos los días por el bienestar de mi país y de su gente, por la salida de la crisis, a través del mecanismo más legítimo, honesto y representativo y menos perverso y violento, donde el costo del valor humano del ciudadano común esté por encima de las pretensiones minoritarias de perversos gobernantes, sus acólitos y colaboradores.

 

 

José Gregorio Araujo Castillo. C.I. V-9.671.399

San Francisco de Sales, Cundinamarca, Colombia

 

13 de septiembre de 2021