Comienzo esta nota de opinión reflexiva expresando que toda iniciativa, intención o acción que busque o intente el entendimiento en pro y en beneficio del restablecimiento de todos los derechos perdidos o violados en cualquiera de sus formas, para la nación venezolana, en medio de la profunda y compleja crisis que viene sufriendo la población, es y debe ser considerada como prioritaria y debe procurar antes que todo, el restablecimiento en Venezuela de condiciones mínimas para la vida en sociedad.
De
esta manera todas las iniciativas y propósitos en éste y cualquier otro sentido
de beneficio colectivo, debe contar con el respaldo mayoritario de quienes
padecen y sufren en carne propia los vejámenes y afrentas, es decir, del pueblo
venezolano expresado en su generalidad. Los llamados ciudadanos de a pie, las
amas de casa, los trabajadores independientes y dependientes, los niños y
niñas, los jóvenes y nuestros talentos deportivos y culturales, nuestros
abuelos y abuelas, los trabajadores del sector público y privado, en fin, quien
se considere gente de bien y con amor por el país que nos tocó.
Sobre
los representantes del “Régimen chavista”, miembros del buró político del
partido que lidera Nicolás Maduro, que ejercen una dictadura a toda vista, y que,
en el último lustro, han recrudecido las condiciones de vida de la población
venezolana en general, tienen innumerables antecedentes de nos ser respetuosos
y mucho menos, garantes de condiciones, para restablecer o mejorar situaciones
en beneficio del pueblo en general. Régimen que abiertamente ha declarado una
guerra a muerte contra quien o aquello que sea contario al pensamiento radical
revolucionario.
Sus
métodos y procedimientos para ejercer sus funciones de gobierno, han quedado
demostrados a lo largo de mas de dos décadas, han sido públicas y notorias sus
arbitrariedades e imposiciones de acciones a merced de sus propios intereses y
muchas veces, sobre todo lo que sea necesario a fin de mantenerse y perpetuarse
en el ejercicio del poder.
Sobre
los representantes de los partidos políticos, autodenominados de oposición, y
ratificados por el régimen chavista con un nuevo slogan (plataforma unitaria de
Venezuela). Quedan muchos vacíos e interrogantes en la población que
abiertamente ha declarado su adversidad y rechazo al régimen dictatorial socialista,
y entre quienes, de una manera u otra, hemos estado cerca o en acompañamiento
de propuestas para adversar y hacer frente a las medidas e imposiciones
antidemocráticas de un régimen, reconocido en muchas instancias internacionales
como responsables y autores de crímenes de lesa humanidad contra la población
venezolana, ya que igualmente se tienen amplias demostraciones de su
incoherencia, desorientaciones y contradicciones estructurales y fundamentales,
que los posiciona muchas veces lejos del propósito de oponerse a la dictadura
chavista-madurista.
Sobre
las consecuencias del régimen en las actuales condiciones del país, todos
coincidimos (gente que apoya el régimen incluso), en reconocer el precario
estado de los aspectos fundamentales y básicos de asistencia en materia de
salud, alimentación, educación, servicios públicos básicos y bienestar social,
así como de nefastas condiciones económicas y sociales. Solo unos pocos han
mejorado sus condiciones socio económicas: dirigentes revolucionarios y figuras
vinculadas al régimen han pasado a amasar grandes fortunas, lo que no es un
secreto ni siquiera para las bases de apoyo que los sustentan o apoyan. ¿Hace
falta presentar elementos de prueba o evidencias de esta afirmación?, pues
considero que con tomar una simple y aleatoria muestra de un “funcionario” del
alto mando, ministro, alcalde o gobernador, revisar con objetividad las fuentes
de ingresos, y determinar los fondos de fortunas alcanzados, bastaría para
comprobar que efectivamente existe un enriquecimiento injustificado y
desmedido.
Ciertos
actores públicos y notorios representantes de los autodenominados partidos de
oposición, plataforma unitaria, mesa de la unidad democrática (MUD), coordinadora
democrática, etcétera, también entran en la notable distinción de ser
“arreglados económicos en tiempos de revolución”, valdría la pena igualmente
indagar sobre el origen de tan flamantes fortunas, adquisición de bienes y,
sobre todo, del sostenimiento de sus estilos de vida. Al igual que sus pares
chavistas-maduristas, no explican ni demuestran de donde obtienen y amasan sus
fortunas y privilegios. Viajan al exterior a diestra y siniestra, hacen giras,
son recibidos por autoridades en otros países, ostentan y obtienen documentos
de muy privilegiada oportunidad: pasaportes y visas, no tienen restricciones
para ingresar donde cualquier mortal venezolano aspiraría, administran bienes
públicos de la nación y pare de contar sobre cada otra cosa que los privilegia.
Siguiendo
con el protocolo internacional sobre acuerdos y normas mínimas para lograr
entendimientos, es el Reino de Noruega, quien cortésmente aboga y
respalda por dicho entendimiento y búsqueda de pactos, entre las partes que
parecen iguales, por cierto, a fin de “implementar medidas orientadas a la
protección del pueblo venezolano (…)”. Por cierto, a partir del 13 de
septiembre del año en curso, se da la apertura de los colegios electorales para
elegir a los 169 diputados que componen el Storting (Parlamento).
Así,
el pueblo noruego vota en unas elecciones parlamentarias que podrían dar la
victoria a la oposición de la izquierda y los verdes y cambiar así el rumbo del
sector petrolero del país, o ratificar al gobierno de centroderecha de Ena
Solberg, tras ocho años en el poder. El tema del petróleo es el centro del
debate, en el país nórdico considerado como el mayor productor de hidrocarburos
de Europa occidental. La pregunta de las cincuenta mil lochas: ¿Qué incidencia
podría tener el resultado electoral noruego, sobre el acuerdo o avance
celebrado en México y viceversa?
De
manera tal que este nuevo “intento” del Reino de Noruega, el enésimo proceso de
acercamiento, cuyo objetivo aspirado es “establecer de manera definitiva
unas reglas claras para la coexistencia social y política en el país”,
comenzó con la firma de un papel de entendimiento y sus primeros acuerdos
giraron en torno a las sanciones económicas y las elecciones regionales del
próximo 21 de noviembre.
Muchos
venezolanos en primera línea, y otros no venezolanos, sabemos que las
consecuencias de la imposición por parte del Gobierno de los Estados Unidos y
de la Unión Europea, a pesar de recrudecer la situación económica y social del
país, no es la responsable del declive y destrucción del aparato económico
productivo y sería muy descarado a toda vista, que la los representares
reunidos en México, señalados como “el gobierno reconocido por la oposición
y la oposición reconocida por el gobierno”; coincidan, reconozcan y
acuerden levantar las sanciones económicas, que fueran formuladas, auspiciadas
y promovidas en otrora, por algunos representantes de la oposición, y solicitar
a las potencias mundiales que sirvan a mecanismos de restauración y consecución
de los recursos para atender las necesidades sociales de la población
venezolana.
Una
clara, evidente y precisa muestra de la contradicción, desorientación y
desacierto en las estrategias de la oposición, para vencer al régimen.
Pareciera a toda vista, una muy indecorosa y desesperada maniobra que busca más
oxigenación para su supervivencia y sacar algunos cargos electos en las
elecciones del 21 de noviembre. Es obvio que esa discusión sobre el tema
electoral se hará, fuera de la mesa mexicana, y se repartirán gobernaciones y
alcaldías, a cambio de privilegios y prerrogativas que la dictadura otorgará a
estos partidos. No sería la primera vez que eso sucediera, pues también hay
innumerables momentos y fechas donde se han dado condiciones similares, se
ganan algunas diputaciones, representaciones, gobernaciones y alcaldías por la
oposición, y luego la dictadura, los disuelve, los inhabilita, los destituye y
monta protectores, protectorados y toda clase de paralelismo ilegítimo.
Historia nada nueva.
Lo
cierto que en esta nueva “parodia” de mesa de negociación, dialogo y entendimiento,
donde no se cumplen ni se cumplirán los requisitos legítimos de
representatividad: siguen asistiendo como ya se ha dicho, “el gobierno
reconocido por la oposición y la oposición reconocida por el gobierno”, subestimando
e impidiendo que se sumen voces y representaciones genuinas, que representan
verdaderamente el sentir nacional de la población venezolana que está inmersa
en la miseria y la desesperanza. Lamentablemente, esa parte de la oposición
venezolana, no termina o no les conviene entender, que ese accionar favorece en
todos los sentidos a la dictadura.
El
régimen chavista-madurista, si tiene claro el propósito de esa “iniciativa”,
saben que ganarán tiempo, celebraran un nuevo fraude electoral, con la anuencia
de un sector no representativo de la mayoría venezolana que sufre y padece, y que,
a cambio de dádivas o los llamado cambures, se sientan a negociar con
quienes le demostraron al mundo qué son y de qué son capaces de hacer, con el
fin de mantener viva la revolución.
Ambos
actores le quieren dar vuelta a una pagina dolorosa y penosa de la historia de
nuestra nación. Miles de venezolanos muertos, chavistas y opositores en
manifestaciones y enfrentamientos. Destrucción del aparato económico y
productivo. Una nación de cárceles abarrotadas de personas que son consecuencia
de la descomposición social de este siglo, y donde paradójicamente, no existe
un preso por corrupción en el país más corrupto del mundo.
Una
nación que tiene más de cinco millones de migrantes forzados, que deambulan en
su gran mayoría por un mejor bienestar. Empresas quebradas y expropiadas,
irrespeto de la propiedad privada y un asedió a la participación privada. Donde
la violencia del estado quedó asentada como mecanismo de lucha y defensa de la
revolución. Donde tristemente las generaciones de relevo, se quedaron solas, al
irse una gran parte de nuestro mejor masa profesional y académica y donde el
futuro pareciera ser más sombrío y opaco. Triste juventud que ha sido
despreciada por sus gobernantes y oponentes, que se va perdiendo entre la duda
y el miedo.
Como
venezolano, creyente en Dios, oro todos los días por el bienestar de mi país y
de su gente, por la salida de la crisis, a través del mecanismo más legítimo,
honesto y representativo y menos perverso y violento, donde el costo del valor
humano del ciudadano común esté por encima de las pretensiones minoritarias de
perversos gobernantes, sus acólitos y colaboradores.
José Gregorio Araujo Castillo. C.I. V-9.671.399
San Francisco de Sales, Cundinamarca, Colombia
13 de
septiembre de 2021